La igualdad y la exclusión de niñas y niños en la educación.

 EL DERECHO A LA EDUCACIÓN PARA TODOS

En el artículo 26 de La Declaración Universal de Derechos Humanos dice que toda persona tiene derecho a la educación, y que estaba debe ser gratuita, al menos la instrucción elemental y fundamental. En otras palabras, todos los niños y niñas del mundo deberían estar estudiando en estos momentos; pero, la realidad es otra. Hace dos años se publicó la siguiente noticia: 

104 millones de estos niños no pueden ir a las escuelas debido a que sus países están en guerra o fueron afectados por algún desastre natural; lo que causó que muchas de sus escuelas fueran destruidas o dañadas por el ejército enemigo de ese país o por terremotos, tsunamis, tornados,etc. Y ellos no pueden tener ayuda externa ya que menos del 4% de la ayuda humanitaria mundial se destina para la educación.

Este informe es de países ubicados en África como Níger, la República Centroafricana, Sudán del Sur y Eritrea. Eso no quiere decir que en países como Ecuador no haya niños que no van a la escuela, solo nos dice sobre los países que tienen mayor cantidad de niños, niñas y jóvenes que no pueden acceder al sistema educativo por la circunstancias explicadas anteriormente. En nuestro país, también tenemos casos de niños que no pueden acceder a la educación, aunque nuestro país actualmente no este en guerra, sí hubo un terremoto en 2016 que dejó afectada a la provincia de Manabí en su mayoría. Además de las lamentables perdidas de sus habitantes, la provincia de Manabí también sufrió perdida en otros ámbitos como las infraestructuras, donde 19 escuelas registraron daños. Ver aquí informe!

Pero no solo eso, también muchos niños perdieron a sus padres, perdieron sus casas, su situación económica empeoró, y a pesar de que la ayuda llegó, fue temporal, y obviamente no tan enfocada en la educación de estos niños, porque la salud de estos es primordial a su educación. El problema es después de que todo pasó, es muy difícil retomar las actividades recurrentes, y muchos de estos niños que iba a las escuelas se sumaron a la lista de los que no. 

Ahora vamos con un ejemplo reciente, la pandemia del 2020. Esta situación nos tiene a todos, o a la mayoría, en nuestras casas. Por lo tanto, muchos negocios y lugares están cerrados o estuvieron cerrados durante la mayor parte de este año. ¿Pero qué pasó con las escuelas?


Apesar de que los niños no aparecen en las estadísticas como los más afectados, tampoco podemos decir que los niños no se contagien o que sean inmunes a ella; por lo que, al menos en Ecuador, se dispuso un programa de educación virtual, tanto en escuelas públicas y privadas, para evitar que los estudiantes se atrasen en su aprendizaje. 

Y, al parecer todo solucionado ¿no?, pues la solución está más lejos de esto. Ya que Ecuador es un país donde vive la pobreza, tal vez no tanto como otros países, pero tampoco tan bajo. Esta pobreza hace que no todas las personas tengan las capacidades de contratar un servicio de Internet en plena pandemia. 

Muchas familias vivían normal, teniendo lo justo para llevar a sus hijos a una escuela pública, llevar comida y teniendo trabajo. Pues con la pandemia, muchos adultos perdieron sus trabajos, no les pueden pagar su liquidación porque la empresa tampoco tiene fondos, gastan en comida y demás materiales necesarios, pagan cuentas y ahora tienen que contratar un servicio de Internet que cuesta $23.41 por mes, y eso que es una empresa del Estado. No todo el mundo da para eso, por eso creo que el plan del Ministerio no tomó en cuenta todas las posibles situaciones. 

Lamentablemente, aunque esté dictaminado en una declaración avalada por la ONU, no todos los niños tienen acceso a la educación, al menos no en la vida real porque por escrito está dicho. Y no solo es por la pandemia porque en nuestro país y en muchos otros todos los días vemos niños trabajando, cuidando a sus hermanos, aportando al hogar cuando su deber y derecho es poder disfrutar de sus niñez, ir a la escuela, jugar, etc. 




Hay otras circunstancias que, en cambio, generan exclusiones entre los niños en el ámbito educativo. Los niños y niñas con discapacidad, ellos también tienen derecho a la educación por el simple hecho de ser personas, sin importar que tipo de discapacidad poseen. Pero, ellos sufren exclusión. Muchos de ellos son llevados a escuelas especializadas en el tipo de discapacidad que tienen, lo cuál es bueno, ya que ayudan mucho a estos niños a poder superarlo y vivir con ello. Aun así, ¿no sería mejor que las mismas escuelas tengan programas o personas capacitadas para ellos? Son niños y, aunque esas escuelas hacen todo lo que pueden para ayudarlos, sería mejor dejar que interactuen con los otros niños. Es verdad que los niños suelen ser crueles, pero los padres también los serían si no dejan que su hijo o hija interactue con otros niños diefrentes. Además, esto ayudaría a los niños que no tienen discapacidades a entender mejor el mundo del otro y no discriminar en un futuro a personas con estas discapacidades. 


Ahora, hay muchos ejemplos de escuelas y colegios que permiten la entrada y están verdaderamente capacitados para ellos. No son todas, pero es un algo donde empezar. Aquí he dejado un ejemplo de una escuela donde el principio de la igualdad se efectua verdaderamente.



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